Nuestra clienta había comprado este maravilloso apartamento recién reformado con el fin de utilizarlo como pied-à-terre durante las temporadas que estuviese en Barcelona y alquilarlo temporalmente el resto del año. Nuestra misión consistía en decorar el piso para alquilar, creando una historia a través de la decoración que potenciara la personalidad y singularidad de la vivienda. En este caso era importante conseguir aunar los gustos del target al que iba destinada con los de la clienta, ya que ella también viviría ahí algunos meses del año.
Al amueblar un piso para alquilar hay que pensar en el equilibrio entre el coste y rentabilidad.
En un alquiler temporal hay que conseguir tener el calendario lleno el mayor número de meses posibles para tener la máxima rentabilidad. Para ello, una combinación de precio competitivo y diseño que enamore al cliente potencial es fundamental. El diseño y el confort son elementos por los que el cliente estará dispuesto a pagar un poco más. Y, para mantener los costes a raya, combinamos elementos más vistosos de diseño con elementos básicos más asequibles. (Por ejemplo, creamos un vestidor a medida en el dormitorio principal a partir de módulos de armario de una conocida cadena escandinava).
Decorar para alquilar no es lo mismo que decorar para vivir.
Al decorar una vivienda para un particular que vivirá en ella, sus gustos y necesidades son prioritarios. Sin embargo, en este caso, al ser un piso que se utilizaría como residencia de la propietaria y como alquiler temporal, teníamos que aunar lo que buscaban los inquilinos potenciales con los gustos y necesidades de su propietaria. La verdad es que en este caso fue una tarea mucho más fácil de lo que podría parecer, ya que la propietaria comprendió muy bien esta necesidad desde el principio y trabajamos conjuntamente en conseguirlo.
Contar la historia a través de la decoración.
En The Vintage Homestyling contamos historias a través de la decoración que surgen de la esencia de las viviendas y que enamoran a sus clientes potenciales. Esta vivienda estaba ubicada en una finca regia donde nació un conocido poeta vanguardista a principios del S.XX. La reforma había conseguido fusionar en perfecta harmonía la esencia modernista del espacio y el diseño contemporáneo. La última capa, acabaría de crear con el encanto de los muebles y la decoración, este storytelling de contraste y harmonía entre vanguardia y tradición. Por eso optamos por una decoración moderna y minimalista, con muchos materiales naturales que se difuminaban entre la obra vista y el techo de volta catalana y que eran el contrapunto perfecto de los materiales más modernos. Jugamos también a la dualidad en los colores, con tonos más cercanos a los marrones que se desdibujaban con los tonos de algunos de los elementos estructurales tradicionales de la vivienda y el contraste de blanco y negro, presente ya en la reforma y que daba el contrapunto de modernidad.
El resultado fue un apartamento de diseño respetuoso con sus orígenes, atractivo y funcional que cubría perfectamente tanto las necesidades de su propietaria como de los futuros inquilinos.
Fotografía: Andrea Vanzulli